¿Estás pensando en comprarte un motor eléctrico para tu barco? Con el avance de la tecnología, ahora es posible surcar las aguas sin ruidos ni humos usando un motor eléctrico. Esto sucede gracias a la autonomía de las nuevas baterías, ya que son es una realidad que están cambiando la náutica deportiva para siempre.
¿Qué ventajas presentan los motores eléctricos?
Conrad Colman, un apasionado de la navegación, se dió la vuelta al mundo en 110 días, una hora y 58 minutos. Sin emplear ni una gota de combustible. Realizó la vuelta en su velero, que contaba con un motor eléctrico. Sus baterías se cargaban con paneles solares y la recuperación de energía a través de la hélice del motor cuando navegaba a vela.
“No hay nada más placentero que navegar sin tener que escuchar el zumbido del motor. Los amantes de la náutica lo que quieren es escuchar las olas contra el casco”, explica Andreas Ferrer, representante de la firma Oceanvolt de motores eléctricos en España.
La gran novedad viene de la mano de las baterías de Ion-Litio, son parecidas a las que se usan en automoción, pero son mucho más rápidas de cargar, tienen más potencia y su autonomía es mayor. Estas características han hecho que este tipo de motores sean capaces de mover barcos de hasta 11 metros de longitud y siete toneladas de peso.
Una de las grandes ventajas es que, la mayoría de las marinas españolas tiene tomas de corriente en los muelles.
Estos motores son mucho más pequeños que los convencionales, por lo que el espacio del barco es casi nulo. Y su mantenimiento es muy poco, “Además tienen mucha mayor potencia que un diésel, que necesita subir de revoluciones. En caso de emergencia, permite capear la tormenta mucho mejor que un motor de explosión. De hecho, los grandes buques de carga ya van equipados con motores eléctricos”, asegura Ferrer.
Su única desventaja es que cuanto más aumenta su velocidad, más batería gasta, y esto es un problema para los yates.
Estaciones de carga para barcos eléctricos
Si bien es cierto que existen motores que se recargan, más o menos, solos, es mucho más cómodo cargarlo usando una estación de carga. El problema es que, en la actualidad, existen pocos puertos que permiten cargar este tipo de barcos.
Daria más tranquilidad al patrón saber que una población con puerto podría disponer de las instalaciones adecuadas para pararse a hacer una recarga.